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Declaración (15 de noviembre de 2015)
Una vez más ha recrudecido la violencia. Lo único que ésta asegura es el derramamiento de sangre, la destrucción y el dolor. La muerte no hace distingo de bandos. No podemos experimentar más que angustia y tristeza, en particular por la muerte de tantos inocentes. Expresamos nuestro dolor y repudio no sólo por el ataque terrorista llevado a cabo en París, Francia, causando más de un centenar de muertos y múltiples heridos en diferentes lugares públicos de la ciudad sino también por los permanentes atentados que sufren en todo el mundo lugares de culto y personas víctimas por profesar diferentes religiones o creencias. Recordamos a los gobiernos que la verdadera libertad religiosa no solo debe estar garantizada por las leyes nacionales y las políticas, sino por un tratado internacional– el cual propiciamos- que proteja a los ciudadanos de la persecución religiosa y sancione a los autores de la violencia religiosa. Cualquiera sea el motivo, jamás podemos justificar la guerra o la violencia en nombre de la religión o de Dios. La verdadera espiritualidad lleva a la paz y a la concordia entre los pueblos, contraponiéndose al terrorismo y la violencia. Raúl Scialabba (Presidente) Luis Mendiola (Secretario)
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República Argentina
IGJ: Resolución 1416/04
CENOC: Inscripción 14952