El Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) expresa su consternación y repudio por la profanación sufrida por el templo católico de María Auxiliadora, en la localidad de Veintiocho de Noviembre, provincia de Santa Cruz, perteneciente a la diócesis de Río Gallegos, en el que varias imágenes religiosas resultaron destrozadas, además de otros daños.

Hechos de esta naturaleza, aunque felizmente esporádicos, se repiten sin embargo con cierta frecuencia. En el pasado reciente los han sufrido también cementerios o lugares de culto judíos o de otras religiones. Lamentablemente, no son las únicas agresiones contra quienes dan testimonio de su fe. También las sufren, de hecho o de palabra, ministros de culto o simples fieles por expresar en público sus opiniones en debates sobre temas sensibles.

Estos episodios de violencia e intolerancia ofenden gravemente el sentimiento religioso y lesionan un aspecto importante de la libertad religiosa. Esta libertad incluye el derecho de las personas y las comunidades de manifestar públicamente su fe, también mediante la utilización de los espacios y objetos necesarios para el culto, que merecen por lo tanto una particular protección y respeto.

Todas estas situaciones merecen el más claro rechazo por parte de la ciudadanía, y una acción decidida por parte de las autoridades para garantizar la más plena libertad religiosa, de cuyo disfruto estamos legítimamente orgullosos los argentinos.